- Causas políticas:
A partir de la subida al poder de Hitler, las intenciones revanchistas alemanas fueron haciéndose cada vez más evidentes. Pero no solo en Europa aumentó la tensión: en el Extremo Oriente, Japón adoptó también una política de expansión imperialista.
En 1936, Alemania y Japón firmaban el Pacto Antikomintern. Por otra parte, Alemania y la Italia fascista establecía una alianza militar, el eje Berlín-Roma. Los tres países con regímenes claramente agresivos unían sus fuerzas.
- Causas económicas:
La crisis económica mundial de 1929 había provocado un ruptura de las relaciones económicas mundiales y los países tubieron que solucionar sus problemas económicos aisladamente. Se tendía a buscar la autosuficiencia económica, aunque los países que no tenían colonias se veían ante dificultades insuperables. En tal situación se encontraban Alemania y Japón, que decidieron fomentar la industria de armamento y prepararse para una guerra que les permitiera conseguir colonias.
- Causas inmediatas:
Hitler emprendió la violación sistemática del Tratado de Versalle: primero, al iniciar un rearme acelerado; y segundo, al desplazar, en 1936, parte del ejercito alemán a Renania, región alemana, fronteriza con Francia, que debía permanecer demilitarizada según el Tratado.
Ante la ausencia de respuesta contundente por parte de Francia y Reino Unido, que pensaron que así apaciguarían a Hitler, este continuó su política de agresión a los paises vecinos. En marzo de 1938, se anexionó Austria y, en Septiembre de ese mismo año, ocupó la región checoslovaca de los Sudetes. A este tipo de acciones expansionistas se les conoce como los golpes de fuerza de Adolf Hitler.
Deco y su doble Colin Farrell.
Hace 16 años
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